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¿Por qué y para qué estimular a un bebé?

Desde el inicio de los tiempos, todos los humanos hemos compartido un sueño común: 

Hemos soñado que nuestros hijos van a crecer para ser más fuertes, más sanos, más inteligentes, más humanos,más competentes y más felices de lo que nosotros somos. Sin duda, basándonos en Neurociencia, este sueño puede ser una realidad.

La Estimulación y la Intervención Temprana está fundamentada en los estudios, la cual ha logrado demostrar científicamente la Neuroplasticidad, cualidad del sistema nervioso que permite a las neuronas regenerarse tanto anatómica como funcionalmente y formar nuevas conexiones sinápticas; evidenciando que aunque está presente toda la vida, en los 6 primeros años su velocidad es mayor.

La neuroplasticidad muestra que, frente a los estímulos las conexiones sinápticas crecen en complejidad y el sistema por lo tanto, evoluciona. 

Igualmente describe la involución en ausencia de estímulos; dando un valor preponderante al entorno inmediato del niño en sus primeros años de vida, incluso desde antes de nacer.

Es necesario brindarle al niño la oportunidad de tener experiencias tempranas de aprendizaje, hacerlo de manera ordenada, secuencial,sistemática y dentro de un  marco lúdico. Porque a su vez, diversos estudios de resonancia magnética han demostrado que cuando un niño se divierte y  juega, aumenta la liberación de serotonina, un neurotransmisor que participa en la regulación del estado de ánimo y el sueño y que desempeña un papel fundamental en el control de la digestión y la temperatura corporal. 

Simultáneamente se incrementa la producción de endorfinas, las cuales se encargan de promover el estado de bienestar, reducir el dolor y potenciar algunas funciones del sistema inmunitario.

Cuando un pequeño ejecuta movimientos, percibe distintas senciones y tiene variadas experiencias de aprendizaje, dentro de un ambiente de juego, se hace presente la segregación de acetilcolina, que es un neurotransmisor involucrado en la actividadde las funciones motoras, neuroendocrinas y sensoriales, que regula además la capacidad de concentración, memoriay el desarrollo de la atención y el pensamiento lógico.

También se ha encontrado que la actividad lúdica potencia la producción de dopamina, otro neurotransmisor que favoreceel proceso de aprendizaje y la imaginación.

De todo ésto, deriva la concepción del trabajo integral que se debe realizar con los niños en la edad temprana, es decir, de 0 a 6 años, dentro de un ambiente lúdico y enmarcado en emociones positivas.

Idalba Dugarte.
Terapeuta de Neurodesarrollo Infantil.
IG @idalbadugarte
Facebook @idalbadugarte
whatsapp: 52 5586154021

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